Las matemáticas ayudarán a predecir el tipo de incendio en cada paisaje

Las matemáticas ayudarán a predecir el tipo de incendio en cada paisaje

Un equipo de investigadores del Centre de Recerca Ecològica i Aplicacions Forestals (CREAF), del Centro Tecnológico Forestal de Cataluña (CTFC) y de la unidad técnica GRAF de los Bomberos de la Generalitat de Catalunya (España) ha encontrado la fórmula para saber la probabilidad que tiene un paisaje de sufrir un tipo de incendio u otro, según las características de su vegetación, el tipo de terreno y las condiciones climáticas.

 

Los investigadores han analizado los datos de los incendios forestales ocurridos en Cataluña en los últimos veinte años. El estudio, publicado en la revista International Journal of Wildland Fire, revela que existe un patrón para cada uno de los tres tipos de propagación de incendios forestales identificados por los equipos de bomberos.

 

"Los incendios conducidos por la forma del terreno, que se desplazan por movimientos de aire similares a las brisas, dependen de factores como la pendiente y la orientación de las vertientes. Estos incendios son los menos peligrosos y fáciles de controlar", explica Andrea Duane, investigadora del CTFC y primera autora del estudio.

 

Otro tipo de incendio, los convectivos, aparecen en lugares donde se acumula mucha biomasa y hay mucho combustible disponible. Se propagan de forma virulenta en todas direcciones y se consideran los más grandes y destructivos. "Estos incendios se manifiestan a principios de los años noventa, como consecuencia del progresivo abandono del mundo rural y de las actividades tradicionales en torno a los bosques, junto con la falta de gestión forestal", explica Miriam Piqué desde el CTFC.

 

El tercer tipo de incendio se propaga con el viento y depende de factores que no se pueden modificar, como el propio viento y la topografía. "Son muy peligrosos y difíciles de controlar, porque el viento puede cambiar de dirección e intensidad de forma repentina. Su gestión preventiva, además, supone un reto añadido, ya que dependen fuertemente de variables climáticas que son difíciles de gestionar", explica Marc Castellnou de GRAF-Bomberos.